Las empresas son…

Las empresas son personas. No existe actividad económica o social al margen de las personas. Los mercados no existen como entes con voluntad o conciencia propia, ni la oferta o la demanda es una fuerza independiente que no esté constituida por personas. Los seres humanos están detrás de todas y cada una de las decisiones del mercado, de las políticas económicas de los estados, de las necesidades estructuradas en demanda, del diseño y la producción de bienes y servicios destinados a satisfacer esas necesidades, esas demandas. La innovación, la I+D, el trabajo, el emprendimiento, son llevadas a cabo por personas que se dirigen a personas. Todos los agentes protagonistas de los fenómenos económicos, sociales e históricos son personas, mujeres y hombres.

Si la antropología es el estudio del ser humano, la que se refiere a su actividad como individuo social que produce, compra, vende e interactúa con otros en un medio económico es lo que llamamos antropología industrial o empresarial. En el estudio de la economía se da por hecho la influencia de la  psicología en el homo economicus pero no se entra en su descripción más alla de un par de comportamientos simples que con frecuencia, y como han demostrado diferentes premios nobel de economía, no guardan relación directa con el comportamiento real.

No hablamos tan solo del mundo interior de la empresa o la organización, sino del ecosistema completo de la empresa en su relación con el conjunto de la sociedad, de como la estructura económica se construye alrededor de las relaciones de personas, de sus demandas y sus potencialidades.

El estudio del comportamiento humano y el análisis de las construcciones culturales que aquel genera, revela lo que está detrás de las relaciones de empresa, del comportamiento de los consumidores, de los accionistas, de los emprendedores, de los comerciantes, de los trabajadores, de los directivos , de los expertos y de los estados. No es posible conocer de economía o de negocios, sin saber lo que está detrás, lo origina y lo mueve todo: el ser humano.